Chihuahua, Chih. a 4 de mayo de 2016.- Chihuahua vive
los momentos más oscuros de su historia reciente. Desde la cúspide del Gobierno
se imponen la corrupción, la antidemocracia, el autoritarismo y la impunidad.
Los poderes que deieran ser republicanos están uncidos al carro del Gobernador.
La libertad de expresión es amenazada todos los días por la criminalización del
oficio periodístico, como acaba de suceder con el reportero Gabriel Ortega y
por los caudales de recursos públicos que se canalizan a medios de comunicación
incondicionales, mientras se niega todo apoyo a los independientes. Se tratan de acallar o hacer aparecer como
“hechos aislados” los enfrentamientos, las ejecuciones, los asaltos. Chihuahua
desciende vertiginosamente en todos los indicadores de transparencia, rendición
de cuentas, calidad de vida, desarrollo social y humano. Las denuncias bien
fundadas contra el Gobernador y su equipo no son procesadas con la debida
presteza. Continuas son las violaciones de los derechos humanos, las
desapariciones forzadas, los feminicidios. La devastación de aguas, bosques y
pastos se expande sin que haya autoridad que le ponga freno.
Todo esto amenaza con perpetrarse si el candidato del PRI y sus partidos
incondicionales, Enrique Serrano, triunfa, a la buena o a la mala en las
elecciones del cinco de junio. Se habrá cerrado el cìrculo de impunidad sobre
toda la corrupción del actual gobierno. Serrano ha dicho que “no será tapadera
de nadie”. Pero para ser candidato y llegar a la gubernatura ya lo fue: desde
que fue Presidente del Congreso y da la fracción priìsta, le cubrió a Duarte
todo el endeudamiento y le pasó todas las cuentas públicas. No nos hagamos
ilusiones: el PRI de Duarte y de Peña es un sistema de corrupción, en el que se
concatenan y se soportan mutuamente la corrupción a los niveles locales,
estatales y nacionales. En ese sistema
se fundó el triunfo de Peña Nieto en 2012 y se empieza a fundar la imposición
electoral para 2018.
Estoy convencido que es necesario ir cortando
tentáculo por tentáculo ese pulpo que asfixia al pueblo de Chihuahua y de
Mèxico. Para llevar a cabo tal tarea es necesaria la unidad de todas y todos
los demócratas. Siempre pensé que urgía y procedía la constitución de un Frente
de Unidad Democrática para impedir la nueva imposición del PRI y la instalación
de la impunidad. Al operar el Gobernador
para dispersar la oposición y evitar una coalición de partidos, fueron
chihuahuenses de la sociedad civil que decidieron unirse en torno al candidato
que no sólo de palabra, sino a partir de compromisos realizados en la práctica,
ha demostrado su vocación demócrata y justiciera. Esa persona resulta ser Javier Corral, el
candidato del PAN. Decidí participar en
lo que ahora es la Alianza Ciudadana por Chihuahua porque estoy convencido que
es un deber ético que se nos impone aquí y ahora a quienes pretendemos rescatar
a nuestro estado del marasmo en que se encuentra.
Esta convicción personal, para mí no entra en
contradicción con los principios del partido al que todavía pertenezco, Morena.
Es, más bien, la realización de sus valores en lo que la realidad regional
demanda. Para mí esto no me separa de mi opción de proyecto de país para el
2018: mi postura en este aspecto ya está decidida en favor de lo que Morena
busca. Acepto, sin embargo, que puedo no concordar con la postura oficial o
mayoritaria del partido, que también tiene su lógica. Por eso, ante el hecho
que he conocido por los medios de comunicación de que se iniciará en mi contra
el proceso de expulsión de Morena, haré lo que a mi derecho convenga, ajustándome
sólo a lo jurídico y a la discusión política y no a las denostaciones y
descalificaciones.
Pero el problema fundamental en esta circunstancia no
es mi ubicación política personal. Es la necesidad de que las y los
chihuahuenses se convenzan que ha llegado el momento de unirnos sobre
ideologías y partidos para vencer con la fuerza del sufragio, el autoritarismo,
la corrupción, la desvergüenza instaladas en el Palacio de Gobierno. Un voto útil en 2016 será el cimiento para la
dignificación del quehacer político en
Chihuahua y un paso adelante para impedir un fraude electoral más en 2018. Por
eso me he sumado, por eso llamo a que nos sumemos a este proyecto ético, plural, democrático, generoso que se llama
Alianza Ciudadana por Chihuahua.
Es el momento de hacer historia y rectificar el rumbo de nuestro estado, gente capaz, honesta , experiencia, valor y el gran sentimiento de cariño y respeto por nuestro estado.
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